jueves, 11 de noviembre de 2010

Juramentos de amor



¡Juramentos de amor! -si no sirven de nada
se podrá decir, al menos, que sirven de bien poco.
Son solo palabras... en el mejor de los casos
quedan en una libreta vieja, o en la corteza de un sauce.
Son solo palabras, y sirven de tan poco
ante la lágrima gélida, ante el rincón inacabado
de la desolación. 
                               Ante la no sonrisa
del tiempo, qué poco vale
todo aquello que alguna vez juramos.
Son, al fin y al cabo, solo esperanzas, sueños apenas
de dos -a veces más- en juntos para siempre.
Y cuando llegue el momento -el justo, el preciso-
quedarán las palabras lejos, insondables,
como grabadas a fuego y a un mismo tiempo ciegas.
¡Juramentos de amor! Dime,
                                                     -si aún podemos oírnos-
¿para qué sirven? Si apenas ahora pueden
conseguir, brevemente, que dejes de sentirte
esa inmensa soledad, errante del espacio.




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