lunes, 28 de mayo de 2012

Indicaciones clínicas para la escritura


"Doctor Tom Saves The Day!" por Murray Barnes


El paciente suscribe condición de poeta,
acude a la urgencia por motivo de un extraño
estado de conciencia y dolor en una mano
-en concreto la derecha, con la que afirma escribe-.
Describe su dolencia como una impertinente
sensación de tristeza y de fracaso absoluto,
de ganas de hacer nada y de desamor soltero.
Refiere asimismo picazón en la parte
más distante de la lengua, en sus propias palabras
“unas ganas a un tiempo nulas e irrefrenables
de decir algo, un montón
de cosas y a la vez ninguna.”
Se acompaña el cuadro de una extraña mirada
absorta y azul, pero al mismo tiempo
profunda, pulsátil, vigía del horizonte.
La auscultación es normal, excepto por un lejano
rumor en la válvula aórtica que parece
recitar a Neruda con una furia inusitada
-aunque no es raro que las válvulas cardíacas vayan por ahí
recitando versos, si bien nunca son de Neruda.
Se concluye que esto responde con casi
total seguridad a algo de menor importancia
como un desencuentro o una incontrolable
angustia por imaginar quién habría sido si no fuese
el que ahora es.
Se recomienda al enfermo reposo
absoluto del corazón, causante del problema
y bolígrafo de tinta gel un par de veces
al día delante de un buen papel en blanco
y que escriba, que escriba lo que sea necesario.
Historias de piratas, romances imposibles, cuentos
fantásticos de caballeros que montan en dragones.
Dramas esperpénticos de personajes absurdos, páginas
y páginas de tragedias con finales explosivos.
Que escriba y escriba, con mucho cuidado
de no enamorar -podría ser mortal
para su condición- a nadie con poemas.
Firmado y conforme, doctor en medicina
y cirugía González, a día veintiocho
de mayo, Hospital General de Madrid.

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