viernes, 2 de diciembre de 2011

Rayos de piedra y rosas 8


Tus manos son dos nardos, o dos rosas
cortadas por el mar y tan temprano
preñadas del almendro, tus dos manos
florales que fecundan tantas cosas…
 
Mi pecho es un erial, o es una fosa
profunda, hosca, baldía, un penar llano,
alberga un corazón voraz, humano,
pendiente de tu sangre y de tus rosas…
 
Una naranja yerta, un sol tardío
que cuelga de los pétalos extensos
que tiendes ante mí de flor sin trazo.
 
Albérgame en tus ramos, desafío
mi triste corazón, mientras tú, inmenso
lo tienes y me tienes en tus brazos.

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