Hiedras los campos, hiedras las auroras
todas de hiedra en sus primeras luces.
Cardos y espinas, rezumando cruces,
hinchando sombras en todas las horas.
Hiedras terrestres y aniquiladoras,
hiedras lunares en los sobrecruces,
hiedras ardientes en los tragaluces,
hiedras terribles y libertadoras.
Hiedra el alma del mundo, hiedra espesa,
columnas venenosas y perdidas,
hiedra el eco del amor y de la muerte
Hiedra es esta cadena, es esta empresa
donde se quema el
hombre hasta la vida:
hiedra es mi corazón, hiedra mi suerte.
En la ilustración, "Ivy dancer" de Terese Nielsen
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