miércoles, 1 de diciembre de 2010

La lucha común



San Francisco, E.E.U.U., 1982
La cama donde Matthew yacía ayer ahora está vacía. A su lado, Jonnah no puede soportar el inmenso vacío. Se arrodilla junto al cabecero y agarra las sábanas empapadas en lágrimas. A su lado todo es un inmenso espacio hueco y sordo: su familia, sus amigos, sus vecinos... todo es ahora un mar de miradas compasivas y acusadoras, rodeadas de un silencio abrumador. Al fin y al cabo, Matthew y él solo son (¿o eran?) otro par de esos sidosos que se lo tenían merecido. En pocos años, el castigo divino no será solo para maricones, sino también para putas, drogadictos... esa clase de escoria. Más adelante la gente bien también morirá ante el pánico del sida, incluso al otro lado del océano. Para Matthew ya es demasiado tarde. Para Jonnah, puede que también.

París, Francia, 1995
Annia se recuesta en una oscura habitación de hospital, decorada con unos adhesivos malgastados y unos titilantes fluorescentes. Apaga la luz, y tan solo una farola de la calle dibuja siniestras sombras sobre el cuarto. A su lado, una anciana sola se retuerce entre sus últimas toses  y convulsiones. ¿Quién habría sido? ¿Aquél millonario de postín que se escabulló de su mujer el otro día, o aquel viejo oficinista que olía a scotch y cigarrillos? También decían que podía ser por sentarse algún váter público... Annia maldice el día en que aquellos matones la sacaron a rastras de Budapest, y maldice la esquina de la Rue du Charlemagne, y las noches de frío interminable, y el dolor... Mira por la ventana, serena y furiosa, mientras dos doctores fuman un cigarro en la lejanía, como dos espectros. Entonces, sabiendo que ya nada se puede hacer y morirá como la joven Valérie o la bella Francine de ébano, se perdona a sí misma y cierra los ojos.

Tokio, Japón, 2001
¿Cómo es posible? Yukiko no podía haberle hecho aquello... No Yukiko. Tantos años y nunca, nunca le había querido. Acababan de casarse y ahora resulta que Yukiko era una... no, no, a pesar de todo no podía insultarla. La amaba, aún cuando bullía de ira al imaginarla entre las sábanas de otros hombres. ¿Y el niño? ¿Qué pasaría con su hijo? ¡Oh, dios! Pero no pasa nada, seguro que pronto descubren la cura. Lo dicen en todas las noticias, en todos los periódicos, continuamente: ensayos clínicos, vacunas milagrosas, antivirales infalibles... Sí, este era el nuevo siglo, y ahora la gente normal no se moría por nada. Hemos alcanzado la cumbre del desarrollo. ¡Oh, Yukiko!

Madrid, España, 2004
¡Eres un maldito cabrón! ¿Cómo se te ocurre? Te acuestas con esa zorra y después... ¿Por qué coño me dejé convencer? ¿Por que? ¿No te das cuenta, Ricardo? ¡Me voy a morir! Joder, ni siquiera he acabado la universidad y me voy a morir... ¡No me digas que no! ¿Conoces tú alguna cura que nadie conoce o qué, subnormal? ¡Déjame! ¡Márchate y déjame! ... Y ahora, ¿qué? ¿Qué puedo hacer? Me voy a morir...

Polokwane, Sudáfrica, 2009
Fatoumata se sienta en el portal de su casa, con la mirada perdida y la cara cubierta de polvo y arena. Reprime las lágrimas mientras agarra la mano del joven Thabo, que en realidad no tiene aspecto de querer escapar a ninguna parte. Los dos están mucho más delgados que hace un par de años. A los diez minutos Fatoumata se levanta y casi arrastra a Thabo al mercado. Piensa en el padre de Thabo. Recuerda su adolescencia, la alegría de los preparativos de la boda. Después recuerda como, antes de que anda pudiera suceder, él la empotró contra la cama, recuerda el dolor, el color rojo... Luego se acuerda de la soledad. De la mirada acusadora del padre Damien cuando nació el pequeño Thabo. Más tarde predicaría en un inglés de fuerte acento afrikaans, aludiendo a las rameras que viven lejos de dios, el matrimonio, la abstinencia... Y luego los reproches de las vecinas, de su madre, de su padre...Y luego nada. Mientras se pelea con un tendero para conseguir las manzanas un poco más baratas, en el fondo se pregunta hasta cuando estará ahí. Hasta cuando estará Thabo.



Desde 1981, el VIH ha acabado con la vida de más de 25 millones de personas. Hoy, tenemos unos 3 millones de nuevos enfermos cada año en el mundo, y podemos contar más de 30 millones de casos a día de hoy. Sólo en España contamos con casi 150.000, un tercio de los cuales ni siquiera sabe que está enfermo. 

Quién sabe si existen las vacunas milagrosas o las pastillas mágicas. La mayoría de nosotros no somos tan médicos, farmaceúticos, inteligentes o multimillonarios como para encontrar la cacareada cura del sida. Contra eso podemos hacer poco, pero podemos hacer mucho, por no decir todo, contra los verdaderos enemigos de la lucha contra el sida: la irresponsabilidad, la falta de educación, el silencio, la estupidez, la ceguera, los  prejuicios, la ignorancia. Contra ellos  tenemos todo el poder, en la forma de un simple gesto: usa condón en tus relaciones sexuales, hazte la prueba, escucha, infórmate, no consientas abusos, ayuda en cada momento, en cada lugar, a todo el que se vea golpeado por el sida.

Porque la enfermedad no es solo biología. Porque esta lucha es de todos, cuélgate el lazo rojo, hazte la prueba, usa preservativo. 

Únete: 1 de diciembre, Día Mundial de la lucha contra el Sida.


Y para saber más:



Fotografía de John Biddulph

3 comentarios:

daniela dijo...

impactante...

David Waldorf dijo...

Por cosas como estas llevo más de un año saliendo contigo. Te quiero.

34645645y dijo...

Hola, te invito a mi blog!
Es un blog de reseñas literarias y literatura en general, en el que también hay de tanto en tanto algún sorteíllo de libros.^^
www.legrimoiredenyneve.blogspot.com
Si te gusta, siguelo, asi podras estar al tanto de todas las actualizaciones!

¿Los distintos textos los has escrito tú?T_T