lunes, 17 de mayo de 2010

La izquierda


El gobierno socialista encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero anuncia un recorte en el sueldo de los funcionarios del Estado. Sobre esto qué voy a decir yo que no se pueda leer en cualquier periódico o escuchar en cualquier televisor (ejercicio, por otro lado, poco recomendable este último). Lo curioso de todo esto no es que los que sufran los apuros del estado sean los trabajadores a su servicio (cosa, por otro lado, habitual ya en estas tierras); ni que donde dijeron digo, digan diego (quién se fía a estas alturas de la clase política); ni que los que tienen el Dinero (hay que escribirlo con mayúsculas para estar a la altura de sus circunstancias), una vez más, no suelten ni media. Lo curioso de todo esto es aquello de “socialista”.

A mi me enseñaron, como a cualquier licenciado de pro, que los socialistas eran unos señores, barbudos en su mayoría, que estaban un poco hasta la gónada derecha de que a los que trabajaban se les tomara por el pito del sereno. Yo pensaba (y de hecho pienso) que los socialistas creían (aunque no fuesen demasiado creyentes) que no estaba bien que otros se quedaran con el fruto del trabajo de uno. A mí me contaron que Pablo Iglesias se reunió en Casa Labra con uno cuantos tipógrafos y alguien más (incluyendo a un zapatero, qué ironía) y fundó eso del Partido Socialista Obrero Español, que el ya mencionado Zapatero encabeza. El mismo Pablo Iglesias dijo en el Parlamento (donde trabaja nuestro amigo José Luis): “Mi partido está en la legalidad mientras ésta le permita adquirir lo que necesita; fuera cuando ella no le permita alcanzar sus aspiraciones.”

Así, tenía yo entendido que eso de la izquierda y el socialismo era poner por encima los intereses de los trabajadores y la justicia; y que si había que dejar el poder pues se dejaba y que si la democracia no servía para hacer las cosas mejor, se arreglaba. Creo que resulta que yo me había hecho a la idea que los socialistas no eran unos señores con traje y corbata que iban en Audi y cobraban millones, que los socialistas eran uno más de los de este lado. Que ser de izquierdas era dedicarse a luchar de todas las maneras que fuese para que la riqueza no se la quedase el que no se la merecía y no a recortar de donde todos recortan cuando hay hambre. Pensé que era plantarse frente a todo y no formar un gobierno, uno de tantos, que toma las medidas que otros de tantos toman en otros tantos lugares.

En definitiva, que me contaron que eso del socialismo era otra cosa, y yo me lo había vuelto a creer.


La imagen, extraída del artículo de Jordi Serrano i Blanquer en Público.

1 comentario:

David Waldorf dijo...

Me haces un favor con este texto porque tenía pensado escribir sobre ello en alguno de mis blogs pero no sabía bien en cuál de los dos encajaba.

Yo al equipo del PSOE hace mucho tiempo que los tengo bien calados, no sé si por la alegría que se llevó el bolsillo de la Iglesia Católica con ellos, si por el asco que me produce el bipartidismo de nuestro país del que forman parte, si por los modelos de la Vogue de alguna ministra... Podría ser positivo con ellos en que nos sacaron de Irak y en lo que se refiere a medidas sociales, pero son razones insuficientes para la situación que vivimos ahora mismo. Y con el asunto de Garzón se han posicionado (sólo) cuando se han visto obligados de cara a la opinión pública, otra cosa que me parece lamentable.

Los recortes, que tanto están dando que hablar, afectan a los dependientes, a los pensionistas... y, sin embargo, no se toca a la Casa Real, las SICAV, las multinacionales, la Iglesia, el ejército, los sindicatos oficiales, los partidos... ¿Alguien me lo explica?

Cada día me asquean más los políticos, te lo digo en serio. Tenemos una refundación de Alianza Popular llena de amigos del franquismo, pero...¿el PSOE actual es de izquierdas? ¿en quién nos podemos apoyar ahora mismo, dime?

Me quedo esperando alguna respuesta que me devuelva la confianza en algún partido.