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lunes, 29 de noviembre de 2010

Convergencia i Unió



Siempre me ha hecho gracia el nombre de este partido, por aquello de repetir en su nombre lo mismo dos veces, como si no se acabasen de fiar de lo que cuentan. El caso es que, mentirosos o no, les toca a ellos y a su despechado líder Artur Mas (que lleva ocho años años hasta en la sopa y sin presidencia) tomar las riendas de Cataluña. A ver si la convergen, la unen, la reúnen, la reunifican, la arrejuntan y lo que haga falta. Que lo dudo.

El caso es que lo de Cataluña, Catalunya, los Països Catalans, la Marca Hispánica o lo que dios quiera que sea, es un derechazo en toda regla. Derechones catalanes, derechones españoles. El Partido Popular de Cataluña, con unas consignas xenófobas que ríase usted de Adam Susan (sí, sí, el de V de Vendetta), se coloca como la tercera fuerza política del Parlament. Ni en los tiempos del tío Paco. 

Y claro, CiU está muy enfadado con los republicanos, y con los socialistas, y con los verdes, y la abuela fuma... Y nos queda la facha (¿lo dije en alto?) de Sánchez Camacho, el mafioso de Laporta, o el arrebato patriótico español de Albert Rivera. Estos es como si vas al mercado y todas las manzanas están podridas, pero o compras o te mueres de hambre, porque en el mercado catalán no hay panaderías, ni charcuterías, ni pollerías ni cristo que lo fundó. Hay manzanas podridas, que para Mas son lentejas (ya se sabe, o las comes...)

Yo no reprocho nada a los catalanes, porque el tripartito ha sido un decepción para ellos y apra todos. Unos socialistas a los que se les debería caer la cara de vergüenza (Marcelino Iglesias ha hecho un intento de ello, que se quedará en eso, en intento), unos republicanos que hasta Primo de Rivera a su lado parece más republicano, y unos verdes que están ahí para aderezar la ensalada tripartita.

Mas es ahora el hombre fuerte, los tripartidistas tienen lo que se merecen por haber desaprovechado nada menos que ocho años en los que han cosechado poco y sembrado menos, y la derecha lo celebra por todo lo alto con champán, en vista del cataclismo que se nos avecina a todos después de estos resultados. Agarraos los machos.

Todo esto no hubiera pasado si se hubiera votado al partido de Carmen de Mairena. Al fin y al cabo, no sería la primera vez que el surrealismo salva Cataluña (y eso que el Parlament ha quedado después de esto que ni un cuadro de Miró).


Fotografía de Convergencia i Unió