viernes, 11 de noviembre de 2011

Rayos de piedra y rosas 5: Soneto de la queja


Se queja mi escisión, en una queja
por tenerte y a un tiempo no tenerte.
Queja por quererte y ya no quererte,
queja por seguirte aún no me deja.

Nada tiene su destino y en sí deja
su queja de limón, ácido y muerte
de queja, corazón profundo y fuerte,
más fuerte si tu mano lo despeja.

Pones un hacha y pones una losa
mejor sobre mi pecho en su desmayo
con tal de que mi angustia no lo vea.

Pones con tu boca en mí la rosa,
la rosa negra y con la rosa un rayo
de piedra que feroz relampaguea.

No hay comentarios: