En la oscura noche del alma inscribo
la lápida lunar, conjuro esclavo.
Cerezo y leche, en tu penumbra excavo
la espina de este amor a verso vivo.
Mortaja de pasión, mi muslo altivo
en tu fantasma de ceniza lavo
de mácula solar, y allí me grabo
como el tigre imperial tu cuerpo
esquivo.
¡Ay! letras de sangre de tu tumba,
¡ay! la tumba letal de tu memoria,
¡ay! memoria que viola, escapa y muerde.
Ojal de tu recuerdo, corta y zumba
templado de dolor, la oscura gloria
de mi angustia y mi amor que en ti se
pierden.
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