lunes, 9 de marzo de 2009

La leyenda del ahorcado



A ti, lector incansable:

Esto debería ser una nota de despedida, pero como nunca sé qué decir cuándo me marcho, no estoy seguro de en qué acaba todo. Lo que es seguro es que si estás leyendo esto, es que estoy muerto. Eso seguro. ¿Qué por qué? Y qué sé yo… Es decir, físicamente sí lo sé. Mi cuello no aguanta suspendido de una soga. Comprobado.

Ahora bien, los motivos por los que estoy muerto... pues no sé explicarlos muy bien. En realidad estoy muerto porque quiero. Eso de la vida, como que no la puedes elegir. Vives, y vives, y ya está. No hay otra. Ahora, la muerte sí que la puedes escoger. Todo el mundo me venía con eso de las leyes que lo rigen todo, de las fuerzas sobrenaturales… Y eso sí que no. De eso nada. Hasta ahí podíamos llegar. Una cosa es que uno no elija vivir y otra cosa es que ya vivo no vayas a poder elegir. No, no. Yo no me resigno.

Si me he muerto (si me he matado debería decir) ha sido para demostrar mi libertad. Esto va para los tiranos con las malditas cadenas de la vida y del odio y del amor. ¡Qué bobadas! Es aquello que dijo alguien: amáis de dos en dos para odiar de mil en mil. ¡Vaya unas fuerzas! Para los déspotas de la pasión y del sentimiento y no menos para los de la matemática acérrima y subyugante me muero. Me muero porque me da la gana. ¿Qué no soy libre? ¿Qué estoy atado? No, no. Eso nunca. Será lo que yo quiera. Miradlo. Ahora estoy muerto y porque yo quiero. Estoy muerto porque yo lo elegí. ¿Dónde, dónde está ahora vuestro orden universal, vuestra armonía trascendental? ¡Soy libre!

P.D.: lego mi vieja colección de comic-books y el ordenador última generación a la nada. Por si los avariciosos.

Atte.

Un suicida

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que miedo das..!

Anónimo dijo...

Aunque se trate de un suicidio... Tocas muchos temas. No escribes por escribir,y ya lo demuestras a menudo. ¿La libertad? ¿Somos libres? No sé.... Es algo ,que hoy en día con los nuevos valores y tecnologías,
es discutible.